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El diario de Noa


Director: Nick Cassavetes
Género: Drama romántico
Reparto: Ryan Gosling, Rachel McAdams, James Garner, Gena Rowlands, James Marsden, Kevin Connolly.

Con esta apasionante historia, nos remontamos al verano de los años cuarenta, donde en Seabrook (pequeña ciudad costera de Carolina del Norte) dos adolescentes se conocen y enamoran locamente: Noah Calhoun y Allie Hamilton. A pesar de tener vidas totalmente distintas (ella es de clase acomodada y él de familia pobre, lo cual no es visto con buenos ojos en la familia Hamilton) esto no será ningún impedimento para que, lo que en un principio parece ser un fugaz amor de verano, se convierta en uno para toda la vida. Aun así, por una serie de circunstancias, Noah y Allie rompen, aunque la marca de aquel primer amor siempre estará presente en sus vidas.
Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, los protagonistas intentarán rehacer sus vidas por separado, pero saben que les será imposible. Por ello, Allie va en busca de una segunda oportunidad junto a Noah.

Entre escena y escena se nos cuela otra gran historia: la de Duke y la Sra. Hamilton, una pareja de ancianos que viven en una residencia para la tercera edad. Duke tiene en sus manos una libreta escrita a mano donde le va relatando a la Sra. Hamilton, la cual tiene Alzheimer, el romance de Allie y Noah.

“El diario de Noah” hace un fiel retrato de lo que realmente es el amor. Esas típicas escenas pastelosas de atardeceres que no acaban nunca, frente a un lago y citando frases románticas que con sólo escucharlas te sube el azúcar, no reflejan todas las caras que tiene. Ésta es una historia de a pie donde, por muy cuento de hadas que sea, todo puede tener un fin… aunque en este caso, sea temporal. Quizá sea por esto que el espectador queda embelesado desde el minuto uno, sin que falte una pequeña sonrisa en la cara imaginando el día en que te pasará algo parecido, siempre acompañada por la banda sonora creada por el compositor Aaron Zigman (La proposición, La cruda realidad). Película a ratos melosa, pero como todas las de amor, ¿no? Aun así, es de agradecer las dosis bastante medidas de amor dulzón y tristeza amarga.

El argumento de esta película, a grandes rasgos, es muy sencillo (quizá demasiado explotado en la industria cinematográfica): chico pobre conoce a chica de clase acomodada y ambos se enamoran perdidamente. Lo que hace magnífica y distinta a esta película son las interpretaciones sublimes realizadas por los protagonistas: Ryan Gosling y Rachel McAdams, capaces de conmover, de forma natural y espontánea, hasta a los espectadores más fríos, llegando incluso a hacer que durante el tiempo que dura la película seamos nosotros los protagonistas de esta maravillosa historia.

El ambiente creado por Nick Cassavetes (Alpha Dog, She’s so lovely) nos traslada directamente a los años cuarenta, un gran acierto para que esta historia sea más creíble, puesto que la dulzura e inocencia que nos transmiten en cada escena sería mucho más complicada de creer en nuestros días.

Sin duda, una de las películas que no deben perderse aquellos que sigan creyendo que el amor está por encima de cualquier obstáculo.

Eulalia Parejo Barril

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